Los precios al consumidor de los cultivos agrícolas a menudo afectan las exportaciones e importaciones, así como el cambio legislativo o climático. El año pasado, la pandemia mundial también tuvo un impacto negativo en la agricultura checa. Debido a estos factores, los expertos esperan una evolución de precios más pronunciada este año.
"Los agricultores tuvieron un año bastante extraño el año pasado. Al principio, hubo un problema con los trabajadores estacionales durante el período de siembra en marzo y abril, porque las fronteras estaban cerradas. Luego vinieron las fuertes lluvias, a las que la República Checa no está acostumbrada en los últimos años. En conclusión, hubo una disminución en las tarifas de alimentación para productos básicos importantes como las papas o la carne de cerdo", explica Lukáš Musil, consultor del Ministerio de Agricultura y al mismo tiempo experto en digitalización de la empresa checa Agdata.
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